003 - Texto del Sábado, 30 de agosto 2008
Una
voz femenina me dice:
Oigo:
“Vosotras,
mujeres de la tierra, tan pequeñas, minúsculas como los granos de polvo.
Os
miro.
Algunas
levantan su mirada y llaman hacia la Luz.
Algunas
tienen la mirada bajada y se lamentan.
Algunas
se revuelcan en el fango y se maldicen.
Algunas
no tienen forma humana y se pudren.
Mujer
en la tierra, vuélvete con todas tus fuerzas, con toda tu alma hacia la Luz.
Tú,
que todavía quieres salvarte de las tinieblas, entonces escucha mi voz.
Mi
voz recorre los mundos como un mar de blancura.
Hunde
tu mirada mujer de la tierra en el cáliz del lirio, en su blancura, vaya hasta
el fondo de tu corazón sin temor, sin miedo de lo que se ve o lo que veras.
Húndete en este mar de blancura, húndete totalmente en el don de ti misma.
Todo
lo que se te pide es de ser por amor por tu Señor y Rey. Nada más, ser por la
Luz.
Para
volver a encontrar tu lugar, mujer de la tierra, tienes que pasar por la
purificación la más grande por amor para tu Señor y Rey.
Nada
te será evitado, sino por tu aspiración
hacia la luz entonces la fuerza te está dada y te será dada, y así, podrás
levantarte y volverte como al primer día, una mujer, entre la Feminidad y en la
Feminidad.”
Astrid
(la voz de la Lirio se derrama).
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