En el año 1936, Abd‑ru‑shin declaró lo siguiente sobre su objetivo:
«¡Mi objetivo es espiritual!
Pero no os traigo una nueva religión, no quiero fundar una nueva iglesia, menos aún alguna secta, sino que brindo con toda sencillez un claro panorama del efecto automático de la Creación que porta la voluntad de Dios y desde donde el ser humano puede reconocer con claridad qué caminos son buenos para él».
En función de esta idea central, Abd‑ru‑shin deseaba dejar en claro su Mensaje como eje central y nunca que las miradas se dirijan a su persona como centro de las enseñanzas del Grial. Rechazaba el culto a las personas. De manera clara y unívoca, solicitaba a sus lectores «no prestar atención al mensajero, sino al mensaje».
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Abd‑ru‑shin nació el 18 de abril de 1875 en Bischofswerda (Sajonia, Alemania) y fue bautizado con el nombre de Oskar Ernst Bernhardt. En la seguridad de la casa de sus padres, vivió una infancia y una juventud felices. Al finalizar su formación escolar, se capacitó en el ámbito del comercio y comenzó a trabajar de forma independiente en la ciudad de Dresde, Alemania.
Durante los años siguientes, Oskar Ernst Bernhardt realizó extensos viajes y de comerciante se fue acercando cada vez más al rol de un escritor reconocido. Su obra incluye, entre otras cosas, descripciones de viajes, novelas y relatos. Como miembro de la Asociación de Escritores Alemanes de Arte Dramático, también escribió obras de teatro, las cuales algunas se estrenaron con éxito en la ciudad de Leipzig, Alemania, e incluso en otros lugares.
Después de haber vivido también un tiempo en Suiza y los Estados Unidos, Oskar Ernst Bernhardt se dirigió a Londres en el año 1913. Allí presenció el inicio de la Primera Guerra Mundial y, en 1915, fue internado en la Isla de Man. En la primavera boreal del año 1919, Oskar Ernst Bernhardt logró retornar a su tierra natal, donde tomó conciencia de su verdadera misión en la vida: compartir con el prójimo sus conocimientos integrales sobre la Creación.
Oskar Ernst Bernhardt escribió el Mensaje del Grial, el cual volcó al papel a partir de 1923, primero en forma de «Hojas del Grial» y también como conferencias públicas y, después, como libro, bajo el nombre Abd‑ru‑shin.
El nombre está compuesto por elementos persas y árabes que significan «Siervo de la luz» o «Hijo de la luz». Su elección fue en base a una conexión a una vida terrenal anterior y, en adelante, debe vincularse a su obra como dos cuestiones inseparables.
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En 1929, un año después de que Abd‑ru‑shin haya encontrado su hogar en la Tierra en la meseta de Vomperberg en Tirol (Austria), donde quería concluir su Mensaje del Grial, se vio obligado a tomar una posición crítica respecto del pensamiento nacionalsocialista.
De esta manera, concluyó que juzgar por razas, naciones o religiones es «indigno de un verdadero ser humano»:
«Es un pensamiento sumamente pedante e indigno del verdadero ser humano. ¿Estas personas creen que algún día podrán instalarse en el Reino de Dios con colores e himnos nacionales? […] Qué parciales son los estudiosos de la raza que solo intentan juzgar en función del exterior, de la burda materialidad, mientras que para el verdadero ser humano solo el espíritu es aquello determinante. Y ese espíritu es anterior al cuerpo terrenal actual y pasado. Pongamos un ejemplo puramente terrenal: Una buena persona es siempre la misma, aún cuando cambie su ropa varias veces. Es exactamente la misma persona cuando está vestida con ropa de fin de semana que con ropa de semana. Con el espíritu sucede lo mismo, con el verdadero ser humano».
- Respuestas a preguntas Pregunta 56
El fanatismo, la difamación y el dogmatismo confesional no son compatibles con el Mensaje del Grial, en el que se presupone la disposición a un pensamiento independiente, objetivo y libre de prejuicios como condición fundamental.
En el año 1938, inmediatamente después de la toma de poder de los nacionalsocialistas en Austria, se expropió sin indemnización alguna la «Colonia del Grial» que, entretanto, había surgido en la meseta de Vomperberg en Tirol. Abd‑ru‑shin fue arrestado el 12 de marzo y, después, a partir de septiembre de 1938, se puso bajo control de la Gestapo: primero en Schlauroth y después en Kipsdorf.
Las beneficiosas acciones de Abd‑ru‑shin concluyeron de ese modo. Cualquier actividad que deseaba emprender para cumplir con su misión terminaba siendo prohibida por la clase gobernante de aquel tiempo. El 6 de diciembre de 1941, Abd‑ru‑shin falleció por las consecuencias de estas medidas. Su cuerpo terrenal fue inhumado el 11 de diciembre de 1941 en su ciudad natal de Bischofswerda. El cuerpo pudo trasladarse a Vomperberg solo al finalizar la guerra en 1949 cuando las autoridades devolvieron la Colonia del Grial a la viuda de Abd‑ru‑shin, Maria Bernhardt.
Existen numerosos relatos de personas que pudieron conocer a Abd‑ru‑shin en persona y se conmovieron profundamente con su naturalidad sencilla pero también con su forma de ser suprema y, al mismo tiempo, bondadosa. En el informe de un periódico de Múnich del año 1933 decía lo siguiente: «Le rodea algo misterioso que habla a partir de la mirada clara, aguda y bondadosa de sus ojos y se asemeja a un saludo desde lejanías luminosas…»
Durante sus últimos años de vida, Abd-Ru-Shin dio los últimos toques a su Mensaje del Grial y, de este modo, creó la última edición.
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