EL
NÚMERO DE LA BESTIA 666
"Aquí hay sabiduría. Quien tiene entendimiento, considere el número del animal; pues es el número de un hombre y su número es seiscientas sesenta y seis”.
(13,18)
Todas
las interpretaciones a esto permanecieron hasta ahora sin éxito,
si
ahora fueron tomadas para el animal, personas individuales
o
poderes espirituales o poderes terrenales de diferentes siglos.
Una
solución de estas palabras selladas de la revelación sólo es posible, cuando se
utiliza en conexión con las leyes numéricas si se aplica el idioma alemán, porque
ha sido desarrollado y preparado desde la Luz, hace mucho tiempo.
No
es propósito de estas explicaciones, a responder a la Ley
numérica
y su clave con más detalle. Basta a decir, a la revelación de las palabras
selladas, que el animal representa el pecado de alcance mundial;
¡Estas
dos palabras traducido en el lenguaje de los números, dan el número 666!
Ahora
el número del animal también es el número de un humano
y
ese humano es Juan el bautista!
¡Su
nombre según a las leyes numéricas traducido, también tiene el numero 666!
”
El pecado” y “Juan el bautista” tienen entonces el mismo número 666, que se
menciona explícitamente como clave para la resolución de la Revelación. La
imagen puede contener: 2 personas, nube, cielo y exterior
6
= PODER
Poder
vibra en la ley del seis.
Ya
en la revelación de Juan (4,6-8)
se
menciona el número en los cuatro animales en los escalones del trono, que
tienen seis alas.
En
el reino terrenal encontramos la seis en la estructura de los cristales (cuarzo,
arena de cuarzo), en el panal hexagonal de abejas
como
en la división del tiempo y del círculo.
El
secreto de los multiformes copos de nieve es el número seis.
Dado
que el agua se cristaliza según del sistema seis esquinas (hexagonal).
¡Qué
poder yace en una avalancha y en un iceberg!
También
tenemos seis direcciones del espacio: ....
arriba,
abajo, delante, detrás, izquierda, derecha
y
el cubo, un cuerpo, que está limitado por seis cuadrados.
El
símbolo es, las seis estrellas de seis puntas, dos triángulos entrelazados.
El
uno con la punta hacia arriba, el otro con la punta hacia abajo.
Lo
conocemos como sello de Salomón y la estrella de David,
que
todavía hoy día es considerado por los judíos como un signo sagrado.
En
la contemplación de esta Ley numérica
tenemos
que lidiar también con el misterioso número 666,
del
cual se dice en el Libro de la Revelación de Juan:
“Aquí
hay sabiduría.
Quien
tiene entendimiento, considera el número del animal;
pues
es el número de un hombre y su número es seiscientas sesenta y seis”.
(13,18)
Jakob
Lorber llego a esta solución correcta muy cerca,
cuanto
el escribió en su designación:
“Toma
el número 666 en las buenas y en las malas condiciones,
ya
sea un hombre terminado en perfección o un diablo terminado en perfección”.
Como
cada número también el número 666 lleva los más agudos opuestos.
En
el servicio de la oscuridad, la causa dé el pecado es por una parte
como
el triple de poder en el servicio de la oscuridad el adversario contra Dios.
Él
es el que gobierna el mundo de pecar, y persuadiendo siempre de nuevo de adorar
al primer animal (13,1), que incorpora la autoridad absoluta de la mente.
En
el otro lado esta Juan el bautista,
el
alto y puro espíritu, el fiel y humilde servidor de la Luz.
Como
poderoso luchador contra el pecado del mundo
resuena
su nombre tres veces en la potencia pura.
Él
es también el mediador dotado de la Revelación, cual él,
en
la isla de Luz Patmos en el reino de origen, (no en la tierra) vio y vivió
(mirada vidente).
A
partir de ahí, se lo transmitió a un humano espiritualmente abierto para eso, cual
lo dicto en palabras terrenales transmitiéndolo.
Hasta
ahora Juan el Bautista, el evangelista, el discípulo de Jesús fue visto como el
autor de la revelación (apocalipsis).
Como
conclusión cabe mencionar, que también la palabra “Alemana” tiene el número
666.
Los
alemanes, respectivamente el espíritu alemán,
en
ese momento era por la gracia de Dios destinado a una gran fuerza. (3 X 6).
Ahora,
esta fuerza no estaba en la opresión y expansión territorial,
sino
en el actuar espiritual, en estricto cumplimiento de las leyes de Dios y la
difusión del verdadero espíritu alemán sobre todas las fronteras.
El
pueblo alemán no cumplió con esta alta tarea de compromiso espiritual.
Herbert
Vollmann
En el círculo cercano de Ab Ru Shin
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