006 - Imágenes y texto
recibido 11 de septiembre 2008:
Veo un cielo amontonado
de nubes como si el cielo se rompería, como si el cielo estaba a punto de
estallar
Luego oigo una voz
poderosa que invade el cielo:
“Veo vuestras almas, veo vuestros
pensamientos, veo vuestras dudas, veo vuestras incertidumbres, veo vuestra
lucha interior, veo vuestras expectativas.
¿Y ustedes qué veis? ¿Qué oís?
Esperáis el cumplimiento de las profecías.
Entonces le digo, no debéis esperar,
debéis prepararos para liberaros de lo que todavía os traba.
¡Encontráis que tarda el
tiempo!
¡Y si mañana todo se derrumba a vuestro
alrededor, justo debajo de sus pies, entonces diréis que el tiempo es largo,
que los acontecimientos no llegan, que las profecías no se cumplen! ¿Estaréis
listos en el momento presente? ¿Son ustedes una roca sólida? ¿Inquebrantable?
¿Y vuestra convicción es tan fuerte como el acero templado? ¿Se levanta como
una espada centelleante de luz?
Veo todo lo que os agita. También veo a
vuestras aspiraciones y vuestra buena voluntad.
Pero yo os digo, que no tienen nada que
esperar. Hay que vivir el momento presente. Porque el presente os da todos los
elementos para que puedan seguir adelante, para que puedan liberarse. ¿Todo os
esta dado en cada momento, pero qué ves? ¿Qué veis:
vuestras penas, vuestros desamparos, vuestras esperanzas, vuestras
preocupaciones diarias que os oprimen, y ustedes se dicen por qué? Pues no
estáis listos, entonces os esta traído lo que todavía puede ayudarle a
deshacerse de vuestras escorias, vuestras falsas concepciones, de vuestro
querer mejor saber. Oigo el rumor de vuestros descontentos.
Contrólese tanto que el tiempo para eso os
esta todavía dado, que está todavía a vuestro alcance.
Vivan el presente al fin de ver lo que
estáis en el fondo sin trampas, sin pretextos. Libraos y preparaos.
Materialmente todo se derrumba a vuestro
alrededor. El que no quiere ver, queda ciego. El que no oye los golpes de
amonestación queda sordo.
Un último socorro, una mano tendida son
aún otorgados, entonces agárrense de ellas antes de que sea demasiado tarde.
Mi voz truena y mi voz resuena como el
trueno que retumba y llena al cielo al fin de despertaros de vuestro
entorpecimiento, de vuestro descuido, de vuestra pequeñez. Escúchenla y
respondéis a su llamada.
Y no olvidéis la sencilla
alegría, el trabajo alegre, que actúes por su Señor y Rey. Así muchas espinas
se retiraran de vuestro camino, muchas trabas se desvinculan de vuestro camino.
La alegría de vivir cada momento presente dándose por amor a la Luz. El Señor
Es y Será de Eternidad en Eternidad y todo se cumplirá.”
Is-Ma-El.
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