05. EL INSTINTO DE LOS ANIMALES
ADMIRADOS SUELEN
quedarse los hombres a la vista de los actos instintivos de los animales.
Atribuyen a éstos un sentido especial que o falta por completo en las personas
o lo han dejado atrofiar.
Resulta inexplicable para los seres humanos cuando, por
ejemplo, observan que un caballo, un perro o cualquier otro animal, en un
cierto sitio, se niega a proseguir el acostumbrado camino — recorrido, tal vez,
diariamente — y luego se enteran de que, poco después, ha sucedido una
desgracia en ese sitio precisamente.
Cuántas veces ese proceder ha salvado la vida a una o
varias personas. Se han dado tantos casos de estos y son tan comúnmente
conocidos, que no se necesita insistir aquí especialmente sobre el particular.
Instinto, presentimiento inconsciente, ha llamado la
humanidad a esa propiedad de los animales. Por lo general, en cuanto ha dado un
nombre a algo, ya se da por satisfecha, se forja una idea cualquiera sobre ello
y se queda tan conforme, tanto si su modo de pensar es correcto como si no. Lo
mismo aquí.
Más la razón de esas actitudes de los animales es muy
distinta. El animal no posee ni las propiedades, ni la facultad que el hombre
entiende por instinto. Al obrar así no hace sino obedecer a un aviso que se le
ha dado. Esos avisos puede advertirlos el
animal perfectamente, mientras que sólo muy pocos hombres pueden percatarse de
ellos.
Como ya expliqué en una conferencia anterior, el alma
animal no procede de la espiritualidad, como la del hombre, sino de la
sustancialidad. De esa parte sustancial de la creación proceden también los
seres elementales: gnomos, elfos, ondinas, etc. los cuales ejercen su actividad
en lo que los hombres suelen designar como naturaleza: el agua, la tierra, el
aire y el fuego. Lo mismo en lo referente a los que se ocupan del crecimiento y
evolución de piedras, plantas y demás. Ahora bien, todos ellos forman parte de
una subdivisión de la sustancialidad distinta de la que proceden las almas
animales. Pero el parentesco común, por razón de la naturaleza de su origen,
implica la gran posibilidad de reconocerse mutuamente, por lo que el animal
podrá reconocer a dichas criaturas sustanciales mucho mejor de lo que es capaz
el hombre, cuyo origen se halla en lo espiritual.
Ahora bien, los seres elementales saben con precisión dónde
y cuándo tendrán lugar modificaciones en la naturaleza, tales como corrimientos
de tierra, hundimiento de montañas, quebraduras de árboles, rompimientos de
diques, deslizamientos de tierra por infiltración de agua, inundaciones,
erupciones volcánicas, grandes mareas, terremotos y todo cuanto viene al caso,
pues ellos se ocupan personalmente de tales cosas, preparando y causando esas
modificaciones que los hombres acostumbran a llamar accidentes y catástrofes.
Entonces, si es de esperar inmediatamente uno de esos
fenómenos, puede acontecer que un animal — o un hombre — sea avisado por los
seres elementales al acercarse a ese lugar. Salen a su paso e intentan hacerle
dar la vuelta profiriendo gritos, haciendo impetuosos movimientos o, también,
influyendo bruscamente en su sensibilidad. El animal se espanta, sus pelos se
erizan, y se niega categóricamente a seguir adelante, en contra de lo
acostumbrado, de modo que, en semejantes casos, hasta el animal mejor
amaestrado puede negar excepcionalmente la obediencia a su amo. Tal es la razón del extraño comportamiento del animal en esas circunstancias.
El hombre, por su parte, no ve a esos seres elementales y, a menudo, se
abalanza al peligro, donde perecerá o sufrirá graves daños.
De aquí que el ser humano debiera observar más a los
animales, a fin de aprender a comprenderlos. Entonces, el animal será realmente
un amigo del hombre capaz de rellenar lagunas y de serle, por tanto, mucho más
útil que hasta ahora.
* * *
EN LA LUZ DE LA VERDAD
MENSAJE DEL GRIAL
por Abd-ru-shin
* * *
Traducido de la edición original en alemán: Im lichte der
Wahrheit – Gralsbotschaft. Esta obra está disponible en 15 idiomas:
español, inglés, francés, italiano, portugués, holandés, ruso, rumano, checo, eslovaco, polaco, húngaro, árabe y estonio
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