10. OMNIPRESENCIA
¡DIOS
ESTÁ en todas partes! Eso se enseña a los niños ya en la escuela. Para
los hombres que aún creen en Dios, resulta esto una cosa tan corriente y
natural, que no consideran necesario ponerse a reflexionar si saben ciertamente
lo que dicen al pronunciar esas palabras.
Pero si se exige una explicación de cómo se imaginan la
cuestión, desaparece inmediatamente la sabiduría, y ellos mismos reconocen que
en la palabra “omnipresente” no está implícito todavía el conocimiento de su
significado.
En efecto, los hombres tienen una palabra para designarlo,
pero no la comprenden. Y esto es, al fin y al cabo, lo fundamental en todas las
cosas. Tampoco sirve de nada el saber cuándo falta la comprensión. El
significado del término “omnipresente” es conocido por el hombre. Pero conocer
el significado no supone aún comprender, entender el sentido.
Así pues, hago referencia a mi conferencia: “La Vida”.
¡Dios es la Vida! Todo lo demás no es sino consecuencia del movimiento
engendrado por la presión de la radiación de la Vida.
El ser humano que, sumido en
fervorosa oración, trata de alcanzar algo con sus ruegos, se pone en contacto —
debido a la orientación dada a sus pensamientos — con el lugar de donde puede
obtener ayuda. Ya dije esto en otra ocasión, al explicar el efecto de la
oración. Pero por “oración” no debe entenderse “petición”, sino “adoración”;
adoración y veneración. Ahora bien, toda abstracción semejante del espíritu
humano no es otra cosa que un intento de establecer contacto; es buscar
comunicación con la Luz, con la Pureza, con la Vida. Los deseos del espíritu
humano, sus aspiraciones, encuentran
así la forma de expansionarse. Va palpando espiritualmente las alturas
luminosas, y, si busca con verdadera sinceridad,
encontrará, como ya fue prometido por Cristo. Encontrará comunicación con la Vida. ¡Pero sólo la
comunicación, no la Vida misma!
Por tanto, mediante la oración o búsqueda sincera,
encontraréis una vía de comunicación que
llega hasta Dios, y esto es lo que hace que El os parezca tan omnipresente como
habéis imaginado hasta ahora. ¡Pero Dios no puede ser visto nunca por criatura alguna!
La omnipresencia ha sido mal comprendida. El término
“omnipresente” quedaría tal vez, mejor definido con las palabras: siempre presente, es decir, susceptible
de ser encontrado en todo momento si se busca.
La manifestación externa de los efectos del evento no ha
hecho sino inducir a error a los seres humanos. Partiendo del equivocado
principio de que Dios se ocupa de ellos personalmente, lisonjeándoles y
rodeándoles de Su protección, no pensaron siquiera en que ellos son quienes han de hacer todo lo posible para establecer la
necesaria comunicación, tal como han venido haciendo inconscientemente y
conforme a las leyes de la creación cuantas veces han pronunciado una oración
verdadera. No querían creer que sólo estuviesen rodeados de las leyes de Dios
impuestas en la creación, que actúan automáticamente proporcionando la
recompensa y el castigo.
Ser omnipresente no significa, en realidad, más que poder
ser alcanzado desde cualquier punto de la creación.
Pero también esto hay que admitirlo con reservas, pues es
textualmente exacto decir que “ante Dios
todo se desvanece”. ¡Existe ahí un abismo gigantesco! Ni un solo ser puede
comparecer directamente ante Dios, esto es, alcanzarle, a no ser que proceda
directamente de Él. Esto sólo es posible a dos seres: al Hijo de Dios y al Hijo
del Hombre. Todo lo demás se desvanecería forzosamente ante El, no podría estar
en Su presencia conscientemente.
Así pues, al espíritu humano sólo le queda el recurso de
encontrar el camino que comunica con Dios.
* * *
EN LA LUZ DE LA VERDAD
MENSAJE DEL GRIAL
por Abd-ru-shin
* * *
Traducido de la edición original en alemán: Im lichte der
Wahrheit – Gralsbotschaft. Esta obra está disponible en 15 idiomas:
español, inglés, francés, italiano, portugués, holandés, ruso, rumano, checo, eslovaco, polaco, húngaro, árabe y estonio
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