domingo, 18 de diciembre de 2022

32. EL MILAGRO

 

32. EL MILAGRO

EL SIGNIFICADO de este término se halla implícito en la misma palabra. El milagro es un hecho ante el cual el hombre se queda admirado. Es algo que no le parece posible. Pero sólo parece, pues su posibilidad ya ha quedado demostrada con la realización del mismo.

El milagro, tal como lo conciben muchas personas que creen en Dios, no existe. Esas personas lo consideran como algo fuera de las leyes naturales, algo que, incluso, se opone a todas ellas. En eso, precisamente, pretenden ver su carácter divino. Para ellos, el milagro es una cosa que sólo puede ser hecha por Dios, manifestando así Sus gracias particulares, y haciendo uso, a tal fin, de Su Omnipotencia.

Esas pobres gentes opinan erróneamente que la omnipotencia es la posibilidad de realizar actos arbitrarios, siendo el milagro una de esas arbitrariedades. No se percatan de lo mucho que menosprecian a Dios pensando así; pues no habría nada menos divino que esa clase de milagros.

En la actividad divina reside, ante todo, una perfección absoluta, sin tachas ni lagunas. Y la Perfección exige la lógica más estricta, la absoluta consecuencia en todos los aspectos. Según esto, el milagro tiene que consistir en una serie ininterrumpida de acontecimientos lógicos. La diferencia estriba en que el proceso evolutivo del milagro, que, según los conceptos terrenales, requeriría largo espacio de tiempo, si bien se realiza siguiendo el curso normal, lo hace con una rapidez tan extraordinaria, por efecto de una fuerza especial concedida al hombre o por cualquier otro medio, que el ser humano no puede menos que considerarlo, por constituir un evento extraordinariamente rápido, como algo fuera de lo normal, es decir, como un milagro.

También puede tratarse de algo que sobrepasa los límites de la evolución actual y, por efecto de una fuerza concentrada, se hace realidad. Pero nunca, absolutamente nunca, tendrá lugar al margen de las leyes naturales establecidas, y mucho menos en contra de ellas, pues en el mismo instante en que eso sucediera — cosa que, de todas maneras, resulta imposible — dejaría de ser un acto divino para convertirse en un acto arbitrario, o sea, lo contrario, precisamente, de lo que piensan los que creen en Dios.

Nada que esté desprovisto de estricta lógica es divino. Todo milagro es un suceso absolutamente natural, sólo que se realiza con rapidez extraordinaria por efecto de una fuerza concentrada. Nunca puede acontecer algo contra el orden natural. Eso está excluido por completo.

La curación de enfermedades consideradas hasta ahora como incurables no supone una modificación de las leyes naturales, sino que es la manifestación de las grandes lagunas del saber humano. Razón de más para ser reconocido corno una gracia del Creador, el cual, de cuando en cuando, concede a determinadas personas un poder especial, susceptible de ser empleado para la curación de la humanidad doliente. No obstante, siempre se tratará de personas que se mantengan alejadas de todo orgullo científico, puesto que el saber atado a lo terrenal sofoca espontáneamente toda aptitud de recibir dones de naturaleza superior.

La ciencia limitada al plano terrestre quiere conquistar; nunca será capaz de recibir con pureza, es decir, con candor infantil. Pero las fuerzas que proceden de las regiones no limitadas por espacio ni tiempo sólo pueden ser recibidas, nunca conquistadas. Esta circunstancia muestra por si sola lo que es más precioso, más poderoso y, por tanto, más acertado.

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Esta conferencia fue extractada de:

EN LA LUZ DE LA VERDAD

MENSAJE DEL GRIAL

por Abd-ru-shin

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Traducido de la edición original en alemán: Im lichte der

Wahrheit – Gralsbotschaft. Esta obra está disponible en 15 idiomas:

español, inglés, francés, italiano, portugués, holandés, ruso, rumano, checo, eslovaco, polaco, húngaro, árabe y estonio


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